El minoxidil es un tratamiento indicado para retardar y estabilizar la alopecia androgénica o calvicie común, favoreciendo y estimulando a su vez el crecimiento del pelo. Frena la caída pero no aumenta el número de folículos capilares, como muchas personas creen. Es un tratamiento para toda la vida y los primeros resultados se ven a los 3 o 4 meses. Vamos a explicar los detalles con más detenimiento.
¿Qué es el minoxidil?
Vamos a tirar un poco de historia para decir que el minoxidil es un medicamento de la década de los 50 para el tratamiento de úlceras en el duodeno. Tras las primeras aplicaciones en pacientes, se comprobó que era un potente vasodilatador que provocaba el crecimiento del vello corporal y fortalecía el cabello. Por lo tanto, se puede decir que sus efectos se consiguieron de rebote y sin saberlo.
Treinta años después, en la década de los 80, ya se empleaba fundamentalmente para frenar la caída del cabello. Esta efectividad hace que la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA. por sus siglas en inglés) lo tenga aprobado como el único medicamento eficaz para tratar la alopecia androgénica (de causas genéticas) tanto en hombres como en mujeres.
¿Sirve el minoxidil para frenar la caída del cabello?
Sí. A pesar de ser un medicamento con 70 años de historia no se sabe al 100% cómo funciona. Se ha testado en multitud de personas que alarga la fase de crecimiento del cabello y acorta la de reposo, que es lo mismo que decir que se para la caída. Es muy efectivo y se calcula que el 66 por ciento de los hombres que lo prueban tienen resultados positivos. También funciona con las mujeres en unos porcentajes parecidos.
Sin embargo, como decíamos antes, el gran problema del minoxidil es que, si funciona, debe aplicarse todos los días. Para saber si es efectivo en cada caso concreto, debe esperarse en torno a cuatro meses.
¿Cómo funciona el minoxidil para frenar la caída del cabello?
Pertenece a la familia de los medicamentos vasodilatadores y funciona de acuerdo a un principio muy básico y sencillo: abre los vasos sanguíneos. Concretamente, interviene sobre los músculos en las paredes de tus arterias y venas, evitando que los músculos se contraigan y las paredes se cierren. En consecuencia, la sangre fluye con mayor facilidad por tus vasos, incluidos los que llegan a los folículos pilosos.